lunes, 27 de abril de 2009

Deseo...

Lo mira… recorre lentamente su rostro…sus gestos…sus ademanes…la forma de su boca…el contorno de sus ojos…las manos que se mueven inventando movimientos… Palabras…como si todo dependiera del segundero…todo él se cae desde su mirada hasta el suelo…se derrite…se inventa de nuevo... se envuelve en un deseo…él la mira y no sabe que a esa distancia está en peligro todo lo que construyeron… que por su ropa se escapan todos sus besos… que le suplicaría que se derritiera con ella en el mar del tiempo…y de pronto como si todo dependiera del segundero…ella se ata al silencio…un roce sin querer ...su mano …un dedo… un solo gesto para olvidarse de las formalidades y el tiempo…lo mira…recorre su rostro…sus gestos…ya no importa más nada… todo se consume…menos el segundero.

viernes, 24 de abril de 2009

Las revanchas de la vida....

La vida da esas revanchas, de las buenas, de las consideradas, de las prolijas con uno y nuestra alma...esas revanchas que no sabemos si pasaran a ser historia, que no sabemos si trascenderán mas allá de lo mundano, pero son revanchas con tonos celestiales, tomándonos de las dos manos....
Esas revanchas que caminan por nuestra ropa, que nos pisan los zapatos, que nos tapan definitivamente la boca... de esas revanchas arañándonos los talones, destapándonos los sueños y amaneciendo primaveras en otras estaciones...
Esas revanchas que nos dejan mirando otro costado, más puro y sano... la vida a veces nos da de esas revanchas que nos mete para adentro y nos hace vernos como nunca antes... esas revanchas llenas de luz entre lo que era sombra, sorprendiéndonos, amagando con romper la rutina y los delirios...
Esas revanchas que esperamos tanto tanto y por fin llegan como presagio de algún buen destino... la vida nos da ciertas revanchas para jugar otro juego, para conocer otro amor más que el nuestro...para emocionarnos, para soltarnos el pelo...
Esas revanchas dulces pero temidas...
Esas revanchas que solo sabe darle al corazón, la vida.


Para Javier... No tenes tachones para mí... sos maravilloso como de costumbre... Te adoro.

viernes, 17 de abril de 2009

Tu sonrisa....

Tu sonrisa me persiguió toda la tarde y tuve suerte de no volverme más loca de lo que creía… tanto tiempo…. y fresca en la tarde me explotó en el pensamiento...tu sonrisa.
Tu sonrisa me persiguió conversando con amigas, saltando baldosas rotas, esquivando mujeres que iban con sus hijos, hombres con saco y corbata que me miran y yo no sé que más decirles cuando parece que algo les digo...
Tu sonrisa me persiguió toda la tarde… cruzando una avenida, comiendo un helado de almendras y chocolate; en un semáforo, en los kioscos, en los jardines con sus rosas y sus espinas, en tus palabras por mensaje de texto, en el cielo que de repente nos sorprendió sin su aguacero….
Tu sonrisa me persiguió toda la tarde en los niños que van a la escuela, en las plazas, en mis venas, en la rutina del trabajo, en los poemas, en la música, en mí toda repetida... Después de tanto tiempo refrescando esta tarde me envolvió el corazón hasta abrazarlo, como cuando nos conocimos…tu sonrisa.

domingo, 12 de abril de 2009

Domingo de resurrección...

Supiste que no soy fácil… que en mis ratos de amargura me desarmaba por completo…que me buscaba problemas viejos… que me ataba a la locura…que si una mañana llovía, era gris la semana entera… que me gustaba la primavera pero no sus flores rotas ni muertas…que me gustaba el otoño para pasear con vos desnuda y sin penas...
Supiste que daba pelea… que vivía en la lucha constante con mis ideas… que me sumergía en grises y nadaba siempre en los más profundos abismos... Que me gustaba tu risa y saberte siempre a una mano de mi mamo… que adoraba tu determinante nunca acabar de lo mismo…
Supiste que me encantaba irme dando portazos a la rutina… que media las cosas por mi corazón, y de amor creía que estaba hecho todo a mi medida…
Supiste que de romances me enredaba en papeles… que me faltaban para quererte los motivos, pero no me cansé jamás de repetirte: quedate conmigo...
Supiste que no era mujer de muchas pulgas… tenía y tengo carácter fuerte y decidido, pero que ante cualquier duda de caos salía corriendo buscando refugio y vos estabas siempre ahí dándome abrigo…
Supiste entre otras cosas, que pienso en todos… que no tengo más amor que el que doy y daba a venas abiertas…
Supiste que aun ahora, nunca me callo lo que pienso… que de una u otra manera siempre llega a tus oídos…
Supiste que me lastimaba la gota que derramaba el olvido… que me angustiaban los años que se iban detrás de nosotros sin haber sabido vivirnos…
Sabes, porque temo que algo de mí conoces… que te doy por perdido… la paz sea contigo… y con mi espíritu.

miércoles, 8 de abril de 2009

Protesta

Detesto mi cuerpo que te extraña y va a volver a hacerlo mañana y detesto las cosas que hago para olvidarte porque no sirven de nada. Detesto tener que nombrarte como ejemplo de lo que antes soñaba. Detesto que seas una de las razones para no irme de esta casa. Detesto no tener si siquiera, para decir esto, otras palabras. Detesto las noches que te extraño tanto que me duermo agotada. Detesto ser fuerte y con esperanzas. Detesto la memoria impecable que tengo con sus detalles, gestos y fragancias. Detesto ser paciente y esperar tu olvido como si fuera un mal sueño. Detesto ser todo lo que no soy por haberte perdido. Detesto ser la que soy ahora, y no la que solía ser cuando dormías conmigo. Detesto mi cara, mi pelo, mis pies, mi barriga. Detesto mis zapatos, la ropa que uso y mis uñas siempre prolijas. Detesto mis dientes, mi risa, mi voz y no poder tocar la guitarra. Detesto ser la mujer que cruza las calles, las plazas, los árboles en otoño y te abraza en almohadas. Detesto ser hija, hermana, compañera, amiga y ser humana. Detesto dar consejos que no aplico nunca. Detesto ir a las peñas, las cenas, estar sola con culpa o bien acompañada. Detesto no tener coraje y querer encontrarte en cada hombre que me gusta. Detesto no poder enamorarme de nuevo, ni proyectar mi vida ni mejorar mis luchas. Detesto ser consciente de cada cosa que estoy diciendo. Pero más que haberte perdido y el dolor que eso causa, detesto estarme perdiendo y no hacer absolutamente nada.