miércoles, 25 de agosto de 2010

Hasta hoy...

Hubiese tenido mil cosas que decirte desde este usual desvelo. Quizás ahora tengo más cosas que callarme por miedo a que no reconozcas ni mi voz.

Pero no te digo nada, no te dije que el día que me arme mis valijas, que guardé mis guantes en la cartera de mano por si hacia frío… me tiritaban las manos.

No te dije que en la calle el taxi me esperaba con atraso, que los autos iban más despacio que de costumbre, que las calles se anudaban entre sí, que las esquinas se hacían líneas rectas, que al llegar al aeropuerto los vuelos se habían demorado como mi reloj…

Recuerdo la tarde que te dije que podíamos irnos de escapada de fin de semana, me miraste fijo y me dijiste ¿por qué no, amor?... y yo ahí me di cuenta, que no… que ya nos íbamos a escapar de esto de otra forma.

Mientras las luces de la ciudad se veían desde arriba como un inmenso colador, yo veía nuestra casa desde el avión… sabía que tu luz estaba prendida, que la luz del patio apagada como de costumbre y que ibas a despertarte a las 3 de la mañana, bajar las escaleras, acariciar la perra y encenderla… sabía que al otro día ibas a correr al desayuno y a la oficina… sabía que yo iba a llorarte desde la distancia que nos salvaría.

Cuando llegue a mi destino, me sentí más optimista y fui fuerte y fui leal a lo que prometimos y no te llame ni llamaste ninguno de los 2 años con sus (hasta hoy) 56 días.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Pensalo dos veces...

Pensalo dos veces antes…
Aquí me quedare esperándote….
Aquí me quedare esperándote….
La caída de los ángeles, el sonido de las nueces al romperse, las gotas de rocío en los malvones.... tienen el mismo sonido cuando nos abrazamos para decirnos: distancia.
La caída de los ángeles, el sonido de las nueces al romperse, las gotas de rocío en los malvones, tienen el mismo sonido cuando nos abrazamos para decirnos: distancia.
Los milagros, la primera luz de cada día, los domingos… todo tiene ese silencio pleno si te nombro o si te alejo.
Los milagros, la primera luz de cada día, los domingos todo tiene ese silencio pleno si te nombro o si te alejo.
Pensalo dos veces antes de decirlo… porque...
Aquí me quedare amándote…
Aquí me quedare…
Amándote…