miércoles, 29 de septiembre de 2010

Yo, la que siempre huía...

Yo, la que siempre huía
se enamoró.
De sus pies como penínsulas
de sus hombros como nubes
de su boca caramelo
de su piel que me resume.
Yo, la que siempre huía
se enamoró.
De sus ojos como mares
de su risa como viento
de sus brazos como espadas
de su lengua como fuego.
Yo, la que siempre huía
se enamoró.
De sus miles de retornos
de sus piernas compañeras
de sus manos como altares
de su amarme sin recetas.