viernes, 11 de mayo de 2012

Carta a un amigo que está lejos, muy lejos.

Vaya a saber uno de que silencios nos hemos adueñado, de que silencios nos hemos hecho amigos.

Las palabras nacieron cuando no eramos casi nada... y queríamos decirlo casi todo...

Yo no guardo tras mi trazo al escribirlas o su dibujo al admirarlas, más que la nostalgia de lo que no he podido decir todavía.

Vaya a saber uno de qué cosas nos hemos hecho cargo, en que palabras nos hemos amordazado, en qué complicidad nos hemos acurrucado...

Yo cuando te digo que lo siento, que te admiro, que te sueño, que te extraño... lo digo sin sentirlo a la ligera... las cosas caen por su peso y en mis lineas pesan estas palabras.

Siento, no poder ir a encuentro de un abrazo. Admiro que la distancia no haya cambiado tu semblante. Estas en mis sueños. Sinceramente, te extraño.

Pero este silencio, el tuyo y el mio... el de cada unos con su rutina al hombro, el de cada cual por sus razones y motivos ha construido, en este silencio digo que yo no te he escrito por que desde este lado del océano las cosas se volvieron cambiantes, hermosas y desestructurantes.

Al decir esto no digo casi nada, pero digo hasta donde me da el alma....

Yo deseo con todo mi corazón, no ya una respuesta, si no simplemente que seas feliz como me parece que lo sos siempre.

Sin mas palabras. Te quiero amigo... Irremediablemente, te quiero.


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