Ambigüedad consentida...

Quiero ser yo después de todo. Y hablo de ser entre muchas cosas, perseverante... pero.... sin conocer tanto las reglas del juego.

Cuando pienso en el atrás de hace no mucho tiempo, se que eso tampoco era mi destino. Siempre escudo de cosas que no sueño, todos hombres que no merecieron mi dolor... hombres por los que por los que debí ser disfraz, armadura , espejos. ..Señales claras de cómo me miento.

A veces es verdad que extraño, extraño esa incondicionalidad del sentimiento, lo frágil que me vuelvo, que me despierto por la mañana... me desvisto en silencio.. lo que parece que flota, lo que me da remolinos en el estomago y en los pensamientos.. lo que imagina besos.. ese sentimiento que me acerca a la musa, me la lleva recia hacia alguna orilla, que me devuelve débil, pero llena de algo completamente nuevo..

Pero otros días, como ahora, que no se que es lo que quiero, que cualquier cosa me daría lo mismo, que no soy capas de elegir ni el corazón que llevo puesto... En días como estos me siento bien con mi indecisión, con mi ambigüedad, con mi naturaleza en bruto, a secas, sin tanto rodeo.

Me siento bien sin saber quien soy, ni como me voy a ir a dormir, ni con quien, ni con que sueños, me siento bien sin saber como voy a despertarme mañana, ni donde , ni por que me hago esto.

Me siento bien sabiendo que no amo, que no hay un “vos” que contenga mi futuro, ni mis metas, ni mi hogar, ni mis sueños.

Me siento bien después de todo, sin saber que es lo que quiero. No se si está bien, si esta mal, si es ser imprudente, inconsciente, poco precavido o adolescente. No tengo medido los días por que me siento libre de los papeles, de las costumbres, de las poses, de los rituales, de algún cuerpo.

Se que en el fondo lloraré a un compañero. Pero por ahora voy a procurar hacerme la cena y sentirme doña “no me importa mucho que pase mañana” , y voy a dormir ... solo eso.


A mi amigo J.M. Gracias por el titulo y el apoyo incondicional a esta maraña de locas palabras...